La Pastora culmina sus actos con la Romería

Javier Moya Rufino / Aracena

La Hermandad de Gloria de la Divina Pastora de las Almas ha celebrado hoy su día grande con la Romería hacia el complejo natural de las Granaíllas. Desde la ocho de la mañana con la salida de su sede canónica, la Iglesia de El Carmen, el cortejo de romeros ataviados con sus mejores trajes tanto a pie como a caballo, y las mujeres con el traje de sevillana empezaron el recorrido pasando por la Ermita de San Roque y tras cruzar la N – 433 en dirección al camino del Rebollar. Tras varias paradas en fincas donde existen azulejos en honor de la imagen de la Pastora y dos paradas más grandes en cuanto al tiempo llegaron a la Ermita de las Granaíllas pasadas las doce de la mañana algo más de quince carrozas y el carretón con el estandarte de la Pastora, ya que la imagen sólo lo hace cada cinco años.

A la una del mediodía tuvo lugar la misa oficiada por el cura párroco Longinos Abengózar Muñoz con la novedad en esta edición de la colocación de un gran toldo para cobijar del sol a los numerosos peregrinos que asisten a la misa debido a las pequeñas dimensiones de la ermita. A continuación todos los asistentes pudieron disfrutar de un día de campo y convivencia en compañía de otras hermandades pastoreñas de toda Andalucía, y en especial, la de Cantillana por su hermanamiento con la de Aracena. Por la tarde tuvo lugar uno de los acontecimientos más curiosos de la hermandad, la subasta de artículos donados por las casas comerciales de la localidad serrana para conseguir financiar los gastos de la romería. De vuelta a Aracena se produce delante de la puerta de la Iglesia de El Carmen el cambio de varas entre la nueva terna de mayordomo y diputados con respecto a la del presente año. Además de la romería la hermandad de la Divina Pastora ha tenido tres días de cultos religiosos concluidos el viernes con el pregón a cargo de Luis González Martín, pregonero de la Semana Santa hace dos años, y la procesión del Pastorcito en la tarde del sábado acompañado de muchos niños con flores para la virgen en el altar central del Carmen conocido popularmente con “el risco”.