En esta primera edición con la importante apuesta por un arte tan extendido y desarrollado en otros países como desconocido para muchos son lógicos los fallos de una organización tan compleja y amplia en contenidos. Aunque no justifica la poca afluencia de personas para apuntarse a los talleres, y peor aún, quienes quisieron hacerlo no pudieron ante la falta de materiales porque no habían llegado y la incomunicación con la máximo responsable de la empresa de Arte Patchwork en Aracena, Mirvia Aranda.
De todas formas, merece la pena observar y deleitar el arte de las manos y la tela como esta máquina de coser programada con un ordenador de forma que cose los dibujos seleccionados totalmente sola.
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